Ayer leímos en el Taller un poema de Neruda que empezaba con "Sucede que... " pero se llamaba Walking Around... y no me copió a mí.
Tampoco pretendí copiarle a Neruda, para nada... este poema es de los viejos poemas, y me sucedían estas cosas.... algunas siguen sucediendo. Un poema de 2006.
Pero a éste no lo botaría.... si no fuera porque Neruda puso en uno suyo.. "sucede que"... hasta lo pondría en un libro!...... pero lo dejo aquí.
Testigos de la página de los cuentos pueden dar fe que es un viejo poema, escrito con la sangre, como todos los míos (sólo que los de ahora, son un tanto menos particulares, y al ser más universales, menos patéticos)
Aquí va...
SUCEDE QUE
Sucede que es de noche,
que el silencio es un grillo
ensañado con tu nombre.
Sucede que es el aura de la luna
pendiendo sobre el recuerdo
de los párpados vírgenes del insomnio.
Sucede que te veo
con los ojos abiertos, con el aire
meciendo mis pulmones.
Sucede que no es tarde
para llegar a tiempo,
que el día por venir
casi no espera,
que los pasos que dí
son arrastrados
por los que voy a dar.
Sucede que tu cuerpo
es el abrigo de las sábanas
el cómplice de la almohada,
el carcelero
del trino atenazado en las pestañas.
Sucede que el quizás
no es un por qué,
que el cómo
no pregunta para dónde,
que cuando digas qué,
te habré mirado
setenta veces siete.
Sucede que sucede este cansancio
al estreno del viento
en las pupilas,
que el rostro que dibujo
es como un aire conocido entre sueños,
descubierto en cuclillas sobre el pozo de sombras.
Y sucede por fin
que no hay quimeras,
que un día se me abrieron las compuertas
para dejar caer el espejismo
al cántaro de aire sostenido en las manos ciegas.
Sucede que soy un alfabeto
Invertido en la felpa de la mesa,
que las letras me nombran
y tengo identidad
en la palabra.
No va más.
Hagan juego.
Sucede que es un día
como todos
que aquello general
se hace indiviso
cuando la masa conjetura
un cuerpo simple.
Sucede que te miras al espejo
para decir buen día
Sucede que es de noche,
que el silencio es un grillo
ensañado con tu nombre.
Sucede que es el aura de la luna
pendiendo sobre el recuerdo
de los párpados vírgenes del insomnio.
Sucede que te veo
con los ojos abiertos, con el aire
meciendo mis pulmones.
Sucede que no es tarde
para llegar a tiempo,
que el día por venir
casi no espera,
que los pasos que dí
son arrastrados
por los que voy a dar.
Sucede que tu cuerpo
es el abrigo de las sábanas
el cómplice de la almohada,
el carcelero
del trino atenazado en las pestañas.
Sucede que el quizás
no es un por qué,
que el cómo
no pregunta para dónde,
que cuando digas qué,
te habré mirado
setenta veces siete.
Sucede que sucede este cansancio
al estreno del viento
en las pupilas,
que el rostro que dibujo
es como un aire conocido entre sueños,
descubierto en cuclillas sobre el pozo de sombras.
Y sucede por fin
que no hay quimeras,
que un día se me abrieron las compuertas
para dejar caer el espejismo
al cántaro de aire sostenido en las manos ciegas.
Sucede que soy un alfabeto
Invertido en la felpa de la mesa,
que las letras me nombran
y tengo identidad
en la palabra.
No va más.
Hagan juego.
Sucede que es un día
como todos
que aquello general
se hace indiviso
cuando la masa conjetura
un cuerpo simple.
Sucede que te miras al espejo
para decir buen día
y yo aquí, causalmente, detenida,
con mi rostro mirando el cielo raso
con mi rostro mirando el cielo raso
estoy ausente y vos tan ajeno....
que parece que nada me sucede.
(escrito y publicado en la página de los cuentos en el Año 2006)
7 comentarios:
Sera un poema antiguo pero es precioso. Un abrazo
Gracias, Clemente. Es uno de los poemas que más me gusta... y te aseguro que escribí... muchísimos! y sigo escribiendo... cada día con más respeto hacia el oficio. Y con más satisfacción. Un fuerte abrazo, feliz de tenerte otra vez por aquí (lindo abril si me trae, de tu mano, el aroma del campo tras la lluvia) Adriana
Igualmente para mí haber encontrado las coordenadas para saber tu obra. Un abrazo también. Y enorme igualmente.
Es muy bonito el poema.
Un bso.
Sakkarah.... muchísimas gracias por tu lectura y comentario, por la huella que permite el encuentro. Un abrazo y deseos de bien para tí. Adriana
Me encantó este poema el otro día. Sobre todo la última parte como te dije ;)
cuánto me alegro que así fuera, Anastasia.... mis poemas son como las yemas de mis dedos.... en ellos estoy impresa aún contra mi voluntad!
=)
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