Una puerta se abre. El interior responde en primera persona: Escribo. Leo. Comparto. Por ello, el tiempo es menos despiadado conmigo

Una Luciérnaga en mí

Una Luciérnaga en mí
Dibujo de Roxana

jueves, 1 de julio de 2010

Un autor inquietante: Salvador Elizondo


"" Hoy es un día especial, una hora especial, un instante (aunque sólo sea eso) en que espero ver colmado mi deseo. 
Debes prepararte con toda conciencia, no sin cierta humildad, a pasar por esta prueba, por esta ceremonia capital . No turbes, ya, las cosas que nos rodean: todo es sólo un instante. 
Mantén tu mirada fija en éste signo que has ideado, yo hago lo posible por ayudarte.Es preciso que estés dispuesta, que aceptes este sacrificio con todas sus consecuencias, no debes dudar ni un sólo momento de mis buenas intenciones. Quiero, en cierta forma, revelarte un misterio inaccesible. Quiero dilucidar, para que tú lo sientas con toda su inexplicable verdad, el misterio que te mantiene inmóvil ante mí. Comprenderás, cuando llegue el momento de hacerle la señal al meneur, cuál ha sido la verdadera significación de éste instante. No temas. Considera este ejercicio como una disciplina interior, como una meditación que conduce al éxtasis, te darás cuenta (estoy seguro de ello) de que tu cuerpo desfallecerá huyendo de tí misma, y sólo su significado, su esencia última, se concretará en las palabras que tú digas.
No tardará en llegar. Debe haberse detenido en el Carrefour a tomarse una copa de calvados para vencer el frío, eso te da el tiempo necesario para disponerte a recibir esta pequeña ofrenda que yo te hago con el fin de perpetuar una fecha.

Es bueno siempre la cifra de los días, es más fácil recordar las cosas cuando sabemos, al menos, en qué día acontecieron. 
Recuerda pues, una a una, las cosas que no deseas olvidar.

Dentro de poco tiempo dará comienzo la función y desfilará ante tus ojos esas imágenes cuya secuencia ha sido estudiada minuciosamente por Farabeuf a lo largo de los años.
Su método sigue siendo un secreto, pero no puede dudarse de su efectividad. Vas a iniciarte en un misterio del que sólo tú, entre todos los seres humanos, vas a ser partícipe y yo te lo ofrezco, humildemente, es este día, porque te amo."

(Fragmento extraído del vídeo "Salvador Elizondo, Farabeuf1- en el que su autor lee a viva voz uno mayor)

Foto: Lee Miller. ManRay 1930

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me gusta mucho el lugar que ha creado...

Amarte, como yo te he amado,
era una forma de amarte tal vez ingenua y algo torpe,
como corresponde al amor supongo,
difícil de expresar de cualquier manera
en el preciso lenguaje matemático de la trigonometría,
y no porque fuera este precisamente un amor sin tamaño,
un amor sin medida,
sino porque es más dado el amor
a medirse en unidades más propias de la alquimia que practica,
en cuerdas de palabras sin mayor rigor que la metáfora,
la analogía de la cosa que es de la cosa pretendida…
Así yo podría decir sin miedo a equivocarme que te he amado
como ama el pubescente a la meretriz,
un amor de un día, un amor virginal,
el día que le desvirga
como ama la ternera lechal a la ubre,
un amor animal, el amor de una bestia,
en la leche caliente, que la alimenta
como ama el indigente a la calderilla limosnera,
un amor decadente, un amor hambriento,
cuando cae en su taza de hojalata
un amor inmediato, un amor de un instante,
era otra forma de desconsuelo, me imagino dentro de la calamidad que es la vida,
al fin y al cabo el amor es un sentimiento triste
como es de naturaleza insaciable,
yo así, te amaba con hambre, con el rigor del apetito
diariamente, sin vocación, sin ceremonia, sin arte
como se ama el aire, la comida, el agua, la temperatura del cuerpo
con necesidad, con urgencia, tal vez en un lenguaje demasiado básico,
sí, tal vez nunca he sabido expresarme, la elocuencia nunca fue una de mis virtudes,
y tal vez es así que se nos ciñe el amor a la carne,
como se ciñen los harapos al indigente, en palabras de dientes careados,
es cierto, me dirás quizás que no parece un sentimiento demasiado bello
pero quién dice que ha de serlo, el amor.
En cualquier caso qué importa,
cuando se ha ido este sentimiento pasajero y caprichoso como el vuelo de un insecto,
qué queda en el organismo que nos satisfaga,
tal vez la melancolía
como una molécula de azúcar vertida en una tonelada de agua,
que nos permita recordar
en el sufrimiento de esas partículas expandiéndose disueltas en un océano tan vasto
que hubo un día en que pudimos creer en la felicidad,
¡qué ilusos!,
será hasta que probemos de ese contenedor un vaso de agua
y comprobemos que de toda la dulzura
tan sólo queda el sabor a agua,
que todo es mentira...

Hoy ya toda certeza de tu memoria la guardo en el sexo de tus palabras más obscenas...

http://www.youtube.com/watch?v=6hoqsxaA1_Y

Un caluroso saludo