Del ser y no ser junto a quien amamos

Mi historia de amor es una historia un poco loca, como todo lo que tiene que ver con el amor... o acaso alguien conoce un amor cuerdo? Puede que se crea que sí, pero al fin, todo amor tiene un poco de locura.

La mía fue dejar casa, trabajo, familia, amigos, coger unos petates que no sumaran más de veinte kilos de equipaje y venir a España, más específicamente a Valencia, a unirme para siempre con un hombre que no conocía personalmente. Pero que no necesité conocer personalmente para tomar esa decisión, porque antes se anticipó su nobleza, su saber estar, su integridad, su alma blanca.

Entre tantos poemas que inundan cajones, bandejas de mails, libretas, interiores de libros, entre tantos míos y ajenos que son tan suyos, elijo este para hablar de un ruego que es cotidiano abrazo, para quien soy sello y que me ha sellado con dos alas que me hacen sentir la persona más libre del mundo, eligiendo el amor a su lado y a cada paso.

Va por tí, Rafa.

Conviérteme en el mar
y en esa ola
que se envuelve en la costa del deseo...

conviérteme en la nube
en la llovizna
en el chopo
en la luz del aguacero...

conviérteme en ceniza
y luego álzame
de la nada de grises hecha fuego
que abrase y que renueve en la garganta
el grito del amor y del deseo...

conviérteme en silencio
para hablarme
entre palabras que se vuelven sueño...

conviérteme en mujer
siendo tú el hombre por el que vivo,
siento,
callo
y muero.

conviérteme y permite que convierta
tu ceniza en el viento
con que siembro
por la Tierra tu nombre, amado mío:

conviérteme en tu marca.
Sé mi sello.....

(Agosto de 2008)