Marilyn, by Elliott Erwitt |
XVIII
La invitación al viaje
Un verdadero país de Jauja, en el que todo es bello, rico, tranquilo, honrado; en que el lujo se refleja a placer en el orden; en que la vida es crasa y suave de respirar; de donde están excluídos el desorden, la turbulencia y lo improvisto; en que la felicidad se desposó con el silencio; en que hasta la cocina es poética, pingüe y excitante; en que todo se te parece, ángel mío.
¿Conoces la enfermedad febril que se adueña de nosotros en las frías miserias, la ignorada nostalgia de la tierra, la angustia de la curiosidad? Un país hay que se te parece, en que todo es bello, rico, tranquilo y honrado, en que la fantasía edificó y decoró una China occidental, en que la vida es suave de respirar, en que la felicidad se desposó con el silencio. ¡Allí hay que irse a vivir, allí es donde hay que morir!
Sí, allí hay que irse a respirar, a soñar, a alargar las horas en lo infinito de las sensaciones. Un músico ha escrito la Invitación al vals; ¿quién será el que componga la invitación al viaje que pueda ofrecerse a la mujer amada, a la hermana de elección?
Sí, en aquella atmósfera daría gusto vivir; allá, donde las horas más lentas contienen más pensamientos, donde los relojes hacen sonar la dicha con más profunda y más significativa solemnidad.
En tableros relucientes o en cueros dorados con riqueza sombría, viven discretamente unas pinturas beatas, tranquilas y profundas, como las almas de los artistas que las crearon. Las puestas del Sol, que tan ricamente colorean el comedor o la sala, tamizadas están por bellas estofas o por esos altos ventanales labrados que el plomo divide en numerosos compartimientos. Vastos, curiosos, raros son los muebles, armados de cerraduras y de secretos, como almas refinadas. Espejos, metales, telas, orfebrería, loza, conciertan allí para los ojos una sinfonía muda y misteriosa; y de todo, de cada rincón, de las rajas de los cajones y de los pliegues de las telas se escapa un singular perfume, un vuélvete de Sumatra, que es como el alma de la vivienda.
Un verdadero país de Jauja, te digo, donde todo es rico, limpio y reluciente como una buena conciencia, como una magnífica batería de cocina, como una orfebrería espléndida, como una joyería policromada. Allí afluyen los tesoros del mundo, como a la casa de un hombre laborioso que mereció bien del mundo entero. País singular, superior a los otros, como lo es el Arte a la Naturaleza, en que ésta se reforma por el ensueño, en que está corregida, hermoseada, refundida.
¡Busquen, sigan buscando, alejen sin cesar los límites de su felicidad esos alquimistas de la horticultura! ¡Propongan premios de sesenta y de cien mil florines para quien resolviere sus ambiciosos problemas! ¡Yo ya encontró mi tulipán negro y mi dalia azul!
Flor incomparable, tulipán hallado de nuevo, alegórica dalia, allí, a aquel hermoso país tan tranquilo, tan soñador, es adonde habría que irse a vivir y a florecer, ¿no es verdad? ¿No te encontrarías allí con tu analogía por marco y no podrías mirarte, para hablar, como los místicos, en tu propia correspondencia?
¡Sueños! ¡Siempre sueños!, y cuanto más ambiciosa y delicada es el alma tanto más la alejan de lo posible los sueños. Cada hombre lleva en sí su dosis de opio natural, incesantemente segregada y renovada, y, del nacer al morir, ¿cuántas horas contamos llenas del goce positivo, de la acción bien lograda y decidida? ¿Viviremos jamás, estaremos jamás en ese cuadro que te pintó mi espíritu, en ese cuadro que se te parece?
Estos tesoros, estos muebles, este lujo, este orden, estos perfumes, estas flores milagrosas son tú. Son tú también estos grandes ríos, estos canales tranquilos. Los enormes navíos que arrastran, cargados todos de riquezas, de los que salen los cantos monótonos de la maniobra, son mis pensamientos, que duermen o ruedan sobre tu seno. Tú los guías dulcemente hacia el mar, que es lo infinito, mientras reflejas las profundidades del cielo en la limpidez de tu alma hermosa; y cuando, rendidos por la marejada y hastiados de los productos de Oriente, vuelven al puerto natal, son también mis pensamientos, que tornan, enriquecidos de lo infinito, hacia ti.
6 comentarios:
De qué de qué me suena eso ^^. De todas formas esa noche no la recordaré por ese escrito, eclipsaste a Baudelaire.
Preciosa foto, me encanta Marilyn y también Elliott Erwitt.
Un Besiños.
WOA! Yo quiero ir a ése país! ¿Cuál será, querida Adri?
¡Cuánto te he extrañado, amiga! Hoy vulevo a entrar y me encuentro con este delicioso post, y mientras lo leo voy escuchando la magnífica música que nos vas regalando en este tu espacio.
Amiga, te doy las gracias por estar ahí y estar ahí en los momentos tan difíciles, eso tiene incluso más mérito. Te (os) he dedicado la última entrada del día de hoy y tb la música. Contesté a la del juego del "Efecto Dominó", así que ya sabes... Por Alma Abierta te espero.
Un muy fuerte y sentido abrazo de un otoño del Mediterráneo Norte,
Amber
No te imaginas lo que significa para mí eso que me dices, pero sobre todo el abrigo de vuestros oídos y almas para leer aquello y sentir que hoy tiene un valor que no imaginé al escribirlo, Anastasia.
Gracias, corazón. Abrazo de los grandes!
Desde el otoño tan mediterráneo en éste momento (sobre todo con ésta llovizna que me recuerda a la canción de Serrat, como cada otoño).... te digo gracias y pronto tengo que ir a BArcelona con mi hija asi que.... leeremos juntas en algún rincón de esa bella ciudad que aún no conozco pero que se me ha anticipado a través de muchos corazones.
Gracias a tí, Amber. Por el Alma Abierta. Ya pasé por allá, ahora falta que deje mis mensajes, vengo liadilla éstos últimos días.
Abrazo y mohínes de llovizna y mar.
Pues, Aderi, antes de que llegues a Barcelona no dejes de contactarme y una vez aquí te daré mi núm, de móvil para que me llames, para que tomemos algo más que un café juntas y para que me presentes a tu hija, para mi será todo un honor.
Que te gustaría quedarte (quedaros) en mi casa, no hay problema, todas las veces que queráis y cuando queráis. Y como dicen por México: "Mi casa es su casa". Sólo tienes que escibirme a mi mal privado y ya está.
Avec amour,
Amber
Avec amour, merci beaucoup, ma cherie!
;)
te escribo....
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