Una puerta se abre. El interior responde en primera persona: Escribo. Leo. Comparto. Por ello, el tiempo es menos despiadado conmigo

Una Luciérnaga en mí

Una Luciérnaga en mí
Dibujo de Roxana

miércoles, 2 de febrero de 2011

¿Surcos o trincheras?

"Sangre de Arbol" by Juan Antonio Torrijo Latorre





Antes de irte a dormir, siente la vida recorriéndote... mira a tu lado y di gracias.... aún la soledad, porque somos vida, porque somos amor...

porque nadie nos dijo que viviríamos para siempre, qué bueno es saber que aún estamos vivos!







Agradecer. Estar vivos. Sentir. Abrir surcos o trincheras en cada acto que nos tiene por protagonista. Y en los otros, que nos tienen por testigo.


Releo lo escrito y pienso... cuántas veces viajo a pelo del ego, me erijo en juez y olvido ser caricia. Juzgo y critico. Y olvido cuánto me equivoco....


Pienso en las causas y los efectos. En nuestras rebeliones interiores. En todo aquello que podemos desleir con nuestras miserias.


Nadie nos dijo que viviríamos para siempre..... entonces... por qué nos enojamos cuando nos enfermamos? por qué renegamos de Dios cuando la muerte se acerca demasiado a nosotros para tocarnos el vestido o arrancarnos a alguien que amamos? nos lo arranca o, simple(compleja)mente, cada uno de nosotros cumple un ciclo determinado por una serie de coordenadas que nunca son dos y a veces inclinan el plano hacia una balanza que se nos supone antojadiza?

y por qué si nacimos solos, renegamos de la soledad, y si elegimos estar acompañados, renegamos de la compañía cuando se empañó el cristal del día a día con el vaho de la vida que nos respira en la boca de la cotidianeidad?

Reniego de mí misma porque digo todo esto y, sin embargo, cabalgo muchos terrenos con mi ego por caballo. Y hago lo que critico y suelo abrir trincheras donde podría abrir surcos y sembrar.

No es fácil ponerse en el lugar del otro, escucho muchas veces. Y es cierto: no es fácil.

Creo que podemos hacerlo cuando nos disponemos a abrir un surco. Es entonces cuando cogemos la tierra en nuestras manos, abrimos los terrones, la sentimos - húmeda - bajo nuestros pies, y ante la magnificencia de una semilla, nos vemos como somos: tan pequeños como ella. Tan potencia como ella. Tan capaces de sembrar como de cosechar, como de generar tormetas y ser rayo, trueno, tsunami, tempestad y ceniza. O convertir en ceniza lo que nos costó tanto tiempo construir.

Nadie nos dijo que viviríamos para siempre. Y nadie nos dijo tampoco que las relaciones son para siempre. 

Todo lo que está vivo necesita alimento. Cuidados. Mimo.

Antes de irme a dormir, estaba enfadada con mi compañero de camino. Luego de una ducha muy caliente, y cuando el vapor entró en mi mente, regresé a la manta y el cobijo de su mirada.... y abrí un surco.

Porque si olvido que es el hombre que amo, aquel que elegí para dormir todas las noches de todos los días y mucho tiempo juntos, la trinchera la abro conmigo misma.  al abrirla, puedo dañarle, puedo herir de muerte nuestras siembra. Entonces, vuelvo a elegir el abrazo. La semilla. El surco...

Porque como no viviré para siempre, el único minuto que tengo es éste.


entonces... digo GRACIAS

Surcos o trincheras, sangre que corre por nuestras venas para determinarnos en un modo de ser-estar en el mundo... elecciones,  que ejercemos con absoluta libertad.

En esa libertad soberana, elijo el surco... una vez más....





*

2 comentarios:

Juan Carlos Durilén dijo...

¡Bellísimo, Adriana!
Desde ese magnífica pintura escogida hasta los puntos suspensivos finales. Toda verdad conmovedora, toda desnudez de espíritu a la intemperie, todo surco profundo, pura fecundidad, sentir el vuelo y la raíz del ahora...

Gracias.

Un beso.

Adri dijo...

Mi querido compatriota, amigo de las letras y compañero de haikus..... tengo el placer y el honor de conocer al autor de la pintura, es primo de mi marido y un artista genial. Además de una persona magnífica... en cuanto a la verdad que digo, suele dolerme tanto mi miseria y tanto quisiera ser mejor! pero tntas veces miro por encima de mi hombro y levanto el índice... estos días han muerto dos amigas y me puse a pensar en la muerte... y en la vida... fue eso, ese rayo el que me partió para escribir. Gracis por ser parte de mis palabras con tu lectura y tu abrazo!